Aeropuerto de Barajas

La guerra de la AENA del PP contra un constructor: le quitan un hotel para derribarlo 8 años después

El organismo estatal ya se ha quedado con los 1,9 millones de fianza

Derribar el hotel costará 1,6 millones de euros a las arcas públicas

Sanidad sólo realiza test aleatorios en Barajas al 2,7% de los viajeros internacionales

AENA HOTEL
Gabriel Sampol en un fotomontaje junto al hotel inconcluso.
Luis Miguel Montero

El hotel a medio construir frente a la Terminal 2 del aeropuerto de Madrid-Barajas parece tener los días contados tras un largo proceso judicial que acabó arrebatándole la propiedad a la constructora Sampol, propiedad de Gabriel Sampol, en 2013 durante el Gobierno del PP. Tras una larga batalla judicial, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) derribará el hotel pese a las promesas del constructor de concluir la obra. La decisión de derrumbar el edificio ya salió a concurso y la obra resultó adjudicada a la empresa Construcciones y Excavaciones Erriberri S.L. por 1.596.000 euros en competencia con otras diez ofertas. Las obras deberían haber comenzado el pasado 21 de junio y durar 8 meses, pero todavía no se han iniciado.

El proyecto de construcción de un hotel para pasajeros en tránsito por Barajas se inició en 2007. Se trataba de levantar un gran hotel frente a la Terminal 2 del aeropuerto de Barajas, que sería gestionado por AENA. Pero todo quedó paralizado por un incumplimiento de la constructora para el que pidió extender los plazos, pero no fue aceptado por AENA. Desde entonces, una enorme mole de hormigón y hierro de seis plantas se erige abandonada frente al Adolfo Suárez-Barajas de Madrid.

Desde entonces las actuaciones están paralizadas a pesar de que el constructor siempre ha expresado la posibilidad de concluir la obra, pero AENA no lo ha permitido con una sentencia judicial y ha dejado el proyecto inconcluso. Así, el hotel mantiene sólo la estructura de hormigón en unas ‘obras fantasma’, a pesar de que AENA debería haberlo demolido a partir de junio de este año.

Un buen negocio

La idea de construir un hotel junto al aeropuerto de Madrid, frente a la terminal de pasajeros y al que se podía acceder caminando, parecía un buen negocio para todos en 2007, ya que así el aeropuerto de Madrid se podía asemejar a sus homólogos de Singapur, Vancouver, Heathrow, Ámsterdam, Fránkfurt o Múnich, que ya disponen de hoteles conectados con sus aeropuertos. Fue ese año cuando AENA, empresa estatal dependiente del Ministerio de Fomento que gestiona los aeropuertos españoles, cedió una parcela frente a la T2 de 13.743 metros cuadrados a la constructora Sampol, a cambio de un porcentaje en la facturación anual del citado hotel durante los siguientes 40 años, que sería de seis plantas y unas 300 habitaciones. Para comprometerse con el proyecto el adjudicatario depositó 1,92 millones de euros de fianza ante AENA.

La constructora buscó entonces un socio hotelero para explotar el negocio y firmó una UTE (Unión Temporal de Empresas) con la cadena Barceló. La nueva empresa se denominó Hotel Aeropuerto Madrid Barajas S.L (HAMB), que actualmente se encuentra en liquidación. Sampol aportaba el 81% y Barceló el 19% a esa UTE.

En total, se anunció una inversión de 50 millones de euros, pero en el año 2008 llegó la crisis económica mundial y la UTE debía pagar un canon de 8.600 euros mensuales a AENA, estuviera el hotel construido o no. Cuando el establecimiento comenzase a funcionar, o tuviera una antigüedad de dos años en la licencia de explotación concedida, las compañías debían abonar un porcentaje de la facturación (primero un 5%, luego un 7% y después un 9%).

Otro socio

Pero debido a la crisis, Barceló decidió abandonar la UTE y desistir del proyecto. Los plazos comenzaron a incumplirse y el hotel no llegó a terminarse ni a funcionar en 2012 como estaba previsto. Entonces Hotel Aeropuerto Madrid Barajas (HAMB) buscó otro socio y a punto estuvo de firmar el acuerdo con una cadena hotelera, pero finalmente no se consiguió ningún socio que se hiciese cargo de ese 19% ni venderlo a otro interesado, como fue el caso de un fondo de inversión alemán que también mostró interés por el proyecto del hotel, pero que no se concretó.

Así las cosas AENA decidió resolver el contrato de manera unilateral y exigió la devolución de la parcela en las mismas condiciones que estaba antes de comenzar a construir. Lo reclamó mediante carta fechada el 11 de diciembre de 2013 firmada por Antonio Villalón, director de Contratación de AENA, durante el primer Gobierno del ‘popular’ Mariano Rajoy. Es decir, había que derribar lo construido y así se lo exigió a la UTE, que se negó. Ambas partes iniciaron una pelea jurídica que dura hasta nuestros días.

El hotel de la T2 de Barajas.
El hotel de la T2 de Barajas.

Lo raro de todo esto es que la constructora Sampol no es una empresa extraña para AENA, ni su solvencia ha estado jamás en entredicho, con una cifra de negocio de casi 130 millones de euros en 2020. La misma empresa ya tenía sobrada experiencia en construir en espacios aeroportuarios, ya que en el año 2005 construyó la planta energética que proporciona electricidad, calor y frío a la flamante Terminal 4 de Barajas y en la década de los 70 del siglo pasado construyó prácticamente infraestructuras en todos los aeropuertos de España e incluso ahora en 2021 tiene adjudicadas obras en los aeropuertos de Ibiza, Lanzarote, Palma de Mallorca, Menorca y Málaga.  Además, actualmente trabaja en numerosos proyectos internacionales como la instalación de los generadores de electricidad en el aeropuerto Tocumen de Panamá.

El tiempo pasó y la guerra jurídica se fue resolviendo con sentencias. En 2015 un Juzgado de Primera Instancia de Madrid condenó a la empresa Hotel Aeropuerto Madrid-Barajas S.L. (HAMB) a devolver la parcela tal y como estaba antes de su cesión, es decir, derribar lo construido y dejarla como antes de su cesión; pagar casi 300.000 euros de indemnización y otros 600 euros diarios hasta demoler el hotel, además de otros 9 millones de euros como compensación a AENA del «lucro cesante».

Los sucesivos recursos llegaron hasta el Tribunal Supremo que dio la razón a AENA, pero Hotel Aeropuerto Madrid Barajas S.L. recurrió al Constitucional y todavía espera la sentencia. La UTE se declaró en bancarrota, entró en concurso de acreedores y ahora mismo está en proceso de liquidación.

La sentencia firme no obligaba a la empresa a pagar la demolición de las instalaciones y por eso AENA lo sacó a concurso público. La construcción del hotel ya generó muchos problemas de ingeniería porque justo debajo transcurre la línea del Metro de Madrid que une Barajas con la capital. Así que el derribo además de una cuestión económica presenta varias dificultades técnicas que deberá afrontar ahora Construcciones y Excavaciones Erriberri.

Desde AENA aseguran a OKDIARIO que esa zona se debe dedicar a servicios al pasajero según «el Plan Director y Plan Especial del Aeropuerto que establece los usos para todas las zonas del aeropuerto».

Es decir, que no se descarta la construcción de un nuevo hotel, pero entonces ¿por qué no se aprovecha la construcción existente? Es una pregunta que desde AENA no responden. De hecho, a la pregunta de si se intentó negociar algún otro acuerdo para evitar la demolición desde la empresa de Fomento aseguran que «AENA procede al estricto cumplimiento de las resoluciones judiciales firmes que amparan sus derechos frente a los incumplimientos sólo imputables a la empresa HOTEL AEROPUERTO MADRID BARAJAS, S.L. (SAMPOL) y reconocidas tanto por los juzgados de primera instancia como por la Audiencia Provincial».

Pero finalmente AENA ha perdido este pleito abierto contra Sampol y el pasado mes de julio la Audiencia Provincial de Madrid dictaba que la autoridad aeroportuaria no tiene derecho a cobrar los 22 millones de euros que reclamaba en concepto de indemnización a la constructora. La sentencia recoge que “AENA conocía la solvencia de HAMB y no puede pretender que la matriz responda de las obligaciones de HAMB”.

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